"El que no ama, no ha conocido a Dios; por que Dios es amor. En esto se mostró el amor de Dios para con nosotros en que Dios envió a a su hijo unigénito al mundo para que vivamos por medio de Él". 1Juan 7:8
Dios nos ama tanto que tiene un plan de salvación y en este involucra a su hijo Jesucristo en el cual lo tenemos como el ejemplo mas perfecto a seguir. Jesucristo se compadecía de varias personas de la tierra que tenían un corazón sincero y humilde en el cual se identificaba con ellos es por eso que podemos ver que siga vivo el ejemplo que Jesús dejo, entonces en esa persona podemos encontrar a Cristo porque Cristo habita en esa persona. A continuación unos ejemplos:
El rostro de Cristo en un niño
Un niño es sinónimo de inocencia y pureza, sin malos sentimientos ni malos deseos, es por eso que a través de ese ejemplo los niños nos enseñan el valor de tener un corazón tan noble y sincero en el cual podemos ver el rostro de Jesucristo.
"De cierto os digo, el que no reciba el reino de Dios como un niño, no entrará en él". Lucas 18:17
Antes que nada les contare un suceso que lo viví hace unos cuantos días. Estaba yendo por la calle y de repente me encontré con una anciana que pedía limosna. Yo no llevaba dinero pero tenia un plato de comida y accedí a dárselo en aquella circunstancia. De repente la señora con una mirada dulce me miró, me sonrió y me contestó: Niña nadie se acuerda de los pobres, las personas ya se han olvidado de nosotros, Dios le bendiga. Desde ahí pude comprender que los pobres saben valorar todo lo que tienen y es por eso que llegan a tener un corazón humilde como Jesús lo tuvo.
"Nadie puede servir a dos señores; porque o aborrecerá al uno y amara al otro, o se adherirá al uno y menospreciará al otro. No podéis servir a Dios y a las riquezas". Mateo 6:24
Como todos sabemos, Jesús fue, será y seguirá siendo unos de los mejores sabios que nos dejó su doctrina y el deber de ponerla en práctica hasta el día de hoy. La sabiduría de los ancianos no es tan grande como la espléndida sabiduría de Jesús pero aquellos ancianos han tenido que pasar por varias experiencias y pruebas que Dios les ha puesto en su camino. Es por eso que podemos ver el rostro de Jesús en un anciano porque a través de su sabiduría podemos encaminarnos a una vida en Cristo.
En conclusión en cada paso que demos nos encontraremos con personas, sean jóvenes, ancianos, pobres, trabajadores, obreros, sacerdotes, etc, en las que podremos encontrar el rostro de Jesús porque Él esta dentro del corazón de cada uno de ellos y habita en nosotros.
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